Silencio. Para muchos un momento incómodo y para otros, algo más que eso. Nunca recordaremos aquellos instantes en los que nada se oye, solo tu respiración, el movimiento de tu corazón, tus pensamientos fluir por tu cabeza, y tú, mientras todo esto ocurre, pensando en la infinidad de cosas que debes hacer. Yo, por supuesto, no soy de esa clase de persona. Cuando sólo se escucha todas aquellas cosas que no estamos acostumbrados a oír, es para mí, el momento que más deseaba desde la última vez. Me hace desconectar de todas aquellas cosas que, en su tiempo, me preocuparon. Es mi momento de paz. Posiblemente me toméis por una chica rara, por una simple cría que se hace la interesante escribiendo estas líneas sobre unas hojas de papel, pero lo que estoy completamente segura es de que las apariencias engañan.
Algunas ocasiones creemos saberlo todo, y con lo cuál, es de lo que menos entendemos en esta vida. Etiquetamos a la gente por sus apariencias, sin saber como son en realidad. Esa chica a la que ustedes veis vestida de negro, un poco más blanca de lo normal, protege a la naturaleza mejor que un ecologista. Al chico que le gusta los videojuegos, que tiene espinillas por la cara y que lleva gafas en vez de lentillas, se encuentra solo e incomprendido y que sus únicos amigos se encuentran a cientos de kilómetros lejos de él, y que pasan por esa misma situación. A aquella niña, que se sienta sola en clase, que es un poco más tímida que los demás, que no sigue modas o que le sobran varios kilos y que tiene unas notas espléndidas, es la que mejor corazón tiene ya que lo da todo por los demás sin querer recibir nada a cambio.
Esta mentalidad que sufrimos la mayoría, nos hace ver las cosas de la misma perspectiva lo que lleva a que nunca haremos un gran cambio en esta sociedad. Queremos ver las cosas a nuestro antojo creando grandes daños a personas ajenas sin saber lo que estamos haciendo, por eso , muchas veces, no podemos dejarnos llevar por las apariencias o simplemente de su manera de ver las cosas sino que debemos conocer a la gente como es, como trata a su alrededor y sin duda alguna, sus actos.
Queremos comernos el mundo, sin fijarnos de que el mundo nos come a nosotros. Todo aquello que veis como una cosa simple, es más grande de lo que parece. Lo que sufrimos la mayoría es que carecemos de empatía hacia los demás, creemos que hacemos el mínimo daño mientras que esa persona rabia por dentro evitándolo con una sonrisa, y que al llegar a casa, en sus mejillas se derramen lágrimas de dolor. Y ese es nuestro problema, de que necesitamos ver las cosas de una manera distinta, de intentar cambiar estos momentos, de querer que todo el mundo sea feliz, de comprender a los demás, que , al fin y al cabo, eso es lo que nos hace ser buenas personas. Todo esto, lo que estoy escribiendo,posiblemente no sirva para nada, o solo para aquellas personas que escuchen o lean esto con detenimiento, no pretendo con esto llegar a lo más profundo de cada uno, mi objetivo es hacer que cada persona, se sienta orgullosa de sí misma, que disfrute siendo como es, que sienta todas aquellas emociones que nos hacen ser fuertes y sobre todo, que no se arrepientan de ser lo que son, porque cada uno es único y que nadie es perfecto lo que nos hace más únicos aún. Aquellos defectos que nos hacen a cada persona especial, a la que admiramos por alguno de sus actos o simplemente, por ser ellos mismo que es lo más importante que todo lo demás.
Algunas ocasiones creemos saberlo todo, y con lo cuál, es de lo que menos entendemos en esta vida. Etiquetamos a la gente por sus apariencias, sin saber como son en realidad. Esa chica a la que ustedes veis vestida de negro, un poco más blanca de lo normal, protege a la naturaleza mejor que un ecologista. Al chico que le gusta los videojuegos, que tiene espinillas por la cara y que lleva gafas en vez de lentillas, se encuentra solo e incomprendido y que sus únicos amigos se encuentran a cientos de kilómetros lejos de él, y que pasan por esa misma situación. A aquella niña, que se sienta sola en clase, que es un poco más tímida que los demás, que no sigue modas o que le sobran varios kilos y que tiene unas notas espléndidas, es la que mejor corazón tiene ya que lo da todo por los demás sin querer recibir nada a cambio.
Esta mentalidad que sufrimos la mayoría, nos hace ver las cosas de la misma perspectiva lo que lleva a que nunca haremos un gran cambio en esta sociedad. Queremos ver las cosas a nuestro antojo creando grandes daños a personas ajenas sin saber lo que estamos haciendo, por eso , muchas veces, no podemos dejarnos llevar por las apariencias o simplemente de su manera de ver las cosas sino que debemos conocer a la gente como es, como trata a su alrededor y sin duda alguna, sus actos.
Queremos comernos el mundo, sin fijarnos de que el mundo nos come a nosotros. Todo aquello que veis como una cosa simple, es más grande de lo que parece. Lo que sufrimos la mayoría es que carecemos de empatía hacia los demás, creemos que hacemos el mínimo daño mientras que esa persona rabia por dentro evitándolo con una sonrisa, y que al llegar a casa, en sus mejillas se derramen lágrimas de dolor. Y ese es nuestro problema, de que necesitamos ver las cosas de una manera distinta, de intentar cambiar estos momentos, de querer que todo el mundo sea feliz, de comprender a los demás, que , al fin y al cabo, eso es lo que nos hace ser buenas personas. Todo esto, lo que estoy escribiendo,posiblemente no sirva para nada, o solo para aquellas personas que escuchen o lean esto con detenimiento, no pretendo con esto llegar a lo más profundo de cada uno, mi objetivo es hacer que cada persona, se sienta orgullosa de sí misma, que disfrute siendo como es, que sienta todas aquellas emociones que nos hacen ser fuertes y sobre todo, que no se arrepientan de ser lo que son, porque cada uno es único y que nadie es perfecto lo que nos hace más únicos aún. Aquellos defectos que nos hacen a cada persona especial, a la que admiramos por alguno de sus actos o simplemente, por ser ellos mismo que es lo más importante que todo lo demás.
Firmado : Una pequeña soñadora.
